Lo que no tiene perdón es estar en este mundo sin vivirlo.
No es tiempo de armarios , es la era de la vitrina aunque la vida pública de carne , hueso y espÃritu , nos inspire un poco de pudor y pavor .
Y para qué sirve la vitrina cotidiana ¿ para desentumir la lengua , para destaquear los vasos comunicantes. ¿
No hay comentarios:
Publicar un comentario