De que puedo quejarme el dÃa de hoy , si cuando entro a mi recinto sagrado de lectura y escritura, me recibe una horda sonriente de lirios amarillos, que han estallado dulcemente mientras yo dormÃa. Como si confabulasen una fiesta vegetal de bienvenida. A mi dÃa. A mi sol. A mi monotonÃa. A todo lo que llevo a cuestas .
Misericordia floral. Exuberancia y mimos de mi madrecita tierra. Atrás 19s de julios de rosas falsas y derroche de luces engañosas . Que pase la armonÃa.
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