Soy ardiente defensora de la fragmentación , de reflejar el cambio de canales permanente a que nos somete la modernidad. La mega maravillosa red de información que nos envuelve agridulcemente de sol a sol , de plasmarla en la escritura . La vida es una serie de fragmentos e incoherencias. El hilo conductor es lo que buscamos en la poesía y este quizá no aparezca nunca y el día que asome algo más que la cabeza y se muestre de cuerpo entero quizá abandonemos el oficio. Al menos yo quiero la magia , el fantasma invertebrado de un destino impreciso. Bueno pues llegó hasta mi, esta frase maravillosa de Agustín Fernadez Mallo , a quien no conocía y ya quiero como a un pariente cercano , dice él (en Acerca de lo que Pienso en cuadernos hispanoamericanos ) “Asumo la realidad contemporánea como el siguiente simil: un televisor lleno de canales que cada cual va seleccionando y mezclando a fin de encontrar el hilo poético que teja su obra. Ah que amparada y comprendida me sentí , cuando tengo años de exponer al aire enojado de los críticos espontáneos, mi verdad en la poesía y hasta un poema icónico que nombré, Cambiando Canales.
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